¿LA PERMISIVIDAD EDUCA?

Por Álvaro Vanegas Rodríguez
Docente

En diez años de experiencia en la institución, se han podido notar los cambios que se han dado en ella. Desde la planta física que dejó de ser una edificación vetusta a ser la mole moderna que hoy se aprecia, dotada con todo lo necesario, para cumplir muy bien con la misión de educar.

De los pocos profesores que antes había, se cuenta en estos momentos con docenas de ellos que atienden a casi dos mil estudiantes entre la sede y la sección. Se ha visto cómo al comienzo de este proceso de consolidación del bachillerato aparecían en la escena institucional jóvenes díscolos, con poca disciplina a encontrar hoy promociones de bachilleres hechos todos unos caballeros, todas unas damas, con deseos de conquistar el mundo.

Ayer llegaban los estudiantes con sus uniformes acorde a la norma, aunque había excepciones; hoy los burócratas de secretaría de educación consideran esto, como algo grotesco, que va en contra del libre desarrollo de la personalidad. Y no son capaces de fomentar unas políticas bien claras que permitan formar en los jóvenes una identidad sólida en la que asimilen elementos extraídos de nuestras propias raíces. ¿Será que permitiéndoles a los niños y jóvenes que se tatúen, que usen pircing en muchas partes del cuerpo, que se maquillen a más no poder, que usen toda clase de cortes de cabello, que hagan el sexo a temprana edad, alcanzarán su realización personal?

Es válido expresar por este medio, la inconformidad que producen las políticas permisivas que impone la clase burguesa y que llevan a la degradación social, a la falta de conciencia, al libertinaje.


“Una persona permisiva no establece reglas ni pone límites, si aquellas existen y estos se fijan, no los tiene en cuenta”.