UN PROYECTO QUE
PROMUEVE PROYECTOS
Por Elodia María Meléndez U
Quien conoce el quehacer cotidiano de la institución educativa Gabriel
García Márquez, descubre a Entregamos las llaves. Este es un proyecto macro que agrupa varios subproyectos, los cuales contribuyen con la gestión y buena
marcha del colegio. Tal experiencia se estableció en su interior desde hace casi una década,
a partir del deseo de vincular a los
estudiantes, sobre todo a los más grandecitos, con el desarrollo de competencias
laborales generales.
Inició en el año 2004 con cuatro proyectos reglamentarios que correspondían
a sexualidad, democracia, aprovechamiento del tiempo libre y medio ambiente; y
otros cuatro de libre expresión donde
estaba incluida emisora, monitores en
línea, biblioteca, y periódico escolar.
Todo empezó como un ensayo, a raíz de
una propuesta transversal que solicitaba secretaría de educación, en la cual
los jóvenes deberían desarrollar las competencias básicas necesarias para
enfrentarse a la vida laboral. Y como ya
existía en la institución algo
similar con un grupo de alumnos que se
hacían llamar “Monitores en línea” y que desde el área de tecnología se
organizaban para ayudar a que todos los
grupos y docentes, aprovecharan al máximo el uso de los únicos cinco
computadores con los que se contaba; ya que,
liderados por la profesora Olga Agudelo, se distribuían mañana y tarde, para atender a quienes requerían
la llamada “sala de computadores”,
para orientar al docente que aún la miraba extraño; y, además, lograr que la escasez de esta herramienta
tecnológica, no fuera impedimento para
acceder a la tecnología en las clases.
A raíz de la convocatoria, se aplica esta propuesta para todos los demás proyectos
que se mencionan, con la intención
de que los alumnos reciban las llaves de
la confianza y los lideren, resultando
así un beneficio de doble vía: ellos desarrollan sus propias competencias y la
institución se dinamiza y marcha organizadamente; además que se les reconoce
ese tiempo como horas de alfabetización. La propuesta fue aprobada, divulgada y bien acogida por la
comunidad, de tal forma, que se han
generado nuevos proyectos como inventario, agrupación musical y proyectos
colaborativos en el año 2008; y
Etnoeducación en el 2010.
En ese mismo 2008 se recibieron visitas de colegios de Manizales y Villavicencio que deseaban implementar la experiencia. También, entre 2008 y 2010, se realiza un intercambio con un colegio de Gales Inglaterra, en el cual se proponen estrategias para desarrollar liderazgo, ellos nos visitan y “Entregamos las Llaves” es la experiencia para mostrar.
Pero ¿qué se lleva a cabo en la institución desde este proyecto y qué
beneficios otorga, que prevalece y trasciende en el tiempo?
Es que los alumnos manejan las llaves de biblioteca, inventario, deportes,
salas virtuales, aulas móviles, etc. Ellos controlan los libros, las salas, los
portátiles, los balones y demás
implementos necesarios para una labor docente organizada. Hacen uso de un
chaleco que los distingue, prestan sus servicios en las dos jornadas y cada que
se les requiere, como si fueran empleados contratados para esas labores.
También vale decir que este proceso de la cotidianidad institucional les produce seguridad, confianza en sí
mismos, responsabilidad, sentido de pertenencia, autonomía y liderazgo; pues se
reúnen a tomar decisiones, nombran un coordinador entre ellos, se distribuyen
las labores de la semana, lo cual les desarrolla capacidad de trabajo en equipo
y otra cantidad de competencias requeridas en campo laboral actual.
Además es gratificante decir, que
aunque les entregamos las llaves, pocas
veces se pierden artículos porque los mismos jóvenes los cuidan y están atentos a todo. En lo
que concierne a ellos, puede decirse que los tímidos se
tornan seguros, los indisciplinados se
vuelven sensatos, los agresivos se calman y los que logran ingresar no quieren
salir. Brandon Cervantes, es un alumno de 11º de este año, que conocí cuando cursaba sexto y séptimo, era tímido,
bastante retraído e incumplido con sus deberes, tanto que no aprobó el área de
Español en ninguno de los dos grados. El año anterior fue seleccionado como
monitor de proyecto y aunque ya cumplió las horas de alfabetización requeridas, él continúa, y es el coordinador de
monitores en línea. Docentes y alumnos lo buscan solicitan sus servicios y él
los atiende con confianza y conocimiento de lo que hace. Al decirle que me
tiene sorprendida, responde: “Profe, el proyecto me cambió, me volvió responsable”.
¿Y qué decir de los que han egresado y pertenecían al macro proyecto? En
las reuniones de egresados hemos podido descubrir que, si ingresan al SENA,
pronto se destacan y obtienen patrocinio, los que encuentran
empleo, han podido conservarlo por su buen desempeño. Los que van a la U
han perseverado en la búsqueda de sus
sueños. En fin los subproyectos ya van en doce, los integrantes pasan de cien,
y lo que se empezó ensayando, se conserva; dando sentido al ser del estudiante
y al quehacer institucional. Yeferson Vélez egresado de la institución, opina
que el Macroproyecto “permite adquirir diferentes competencias que se van
poniendo en práctica para desempeñarnos
en diferentes situaciones, como por ejemplo el campo laboral; para
quienes lo aprovechan trae muchos beneficios, nos ayuda a ser responsables y
tener un gran sentido de pertenencia por el colegio”.
¿Imaginaron en esa época sus diseñadores: Olga Agudelo, Patricia Londoño,
Álvaro Vanegas y Sergio Cano entre otros, el
impacto que tendría? A lo mejor creyeron que como toda obra sencilla,
gestada por gente común iba a pasar al
olvido; sin embargo, cada día de las 40
semanas de estudio del año escolar, un estudiante distinto asume las riendas de su proyecto, en
los préstamos, en las citas, en la
atención al público y en la toma de decisiones. Son las seis de la
mañana, el día empieza a nacer, y los monitores nos buscan porque las llaves
quieren tener y sus proyectos de vida fortalecer.
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