Por Leidy Viviana García Serpa- Docente
San Vicente
La sección San Vicente de Paul,
de la institución educativa Gabriel García Márquez cuenta con una población
estudiantil de 370 estudiantes de básica primaria en ambas jornadas, sus
ambientes escolares son tranquilos. Durante los descansos los estudiantes
disfrutan con sus tradicionales juegos recreativos, algunas niñas se hacen
compañía y conversan mientras toman su algo, los niños se dedican a jugar micro
fútbol, baloncesto etc. Los pequeñitos simplemente corren unos tras otros y
siempre hay un grupo en la semana que asiste a la sala de sistemas.
Ese martes 30 de julio a eso de
las 12: 10 p.m. Llegó a la escuela una
mujer bajita vestida con pantalones cortos, una blusa ajustada y en chanclas,
en su rostro reflejaba rabia, desespero y hasta preocupación; describió
Asdrúbal el vigilante quien le tocaba el turno esa semana. Señora ¿Qué
necesita?- Preguntó el vigilante -Dónde está el coordinador que me urge hablar
con ese señor. - Respondió la señora entono muy desafiante.
El vigilante informó al coordinador de la
señora que lo solicitaba. Enseguida dio la orden para que la señora pasara a la
oficina. Esta no se había terminado de sentar cuando comenzó a lanzar palabras
ofensiva a los docentes: “qué es lo que
hacen los profesores en esta escuela , mire, mi hijo no puede dormir, tiene pesadillas y ya no quiere ir a clases,
está muy mal; no hace sino tenerle miedo a ese fantasma que le muestran”. La
señora pausó un momento y el coordinador le pregunta ¿Señora qué le pasó a su
hijo? ¿La verdad no entiendo, qué tienen
que ver los docentes de esta institución?
La señora toma un poco de aire, y
más clamada, le comenta que a su hijo lo tienen muy asustado con una imagen de
un espanto; ya que en las noches no duerme por las constantes pesadillas que
tiene, que los compañeros de grupo lo
llevan al callejón detrás del salón para intimidarlo. El coordinador sale y llama a los docentes de
la jornada de la tarde y les pregunta si conocían la imagen. Todos sorprendidos
miraron al fondo del callejón allí
estaba una imagen un poco tenebrosa, se trataba de San Gregorio. Aunque
legalmente no es santo pero para muchos
feligreses es catalogado así por los supuestos milagros que hace. Los profesores
aseguraron que nunca la habían visto y que ningún estudiante había comentado
nada. La señora un poco más tranquila ofreció disculpa a todos. El
coordinador le aseguró que se tomarían cartas en el asunto, pero que la imagen
no podría retirarla pues no pertenece a la institución sino a una vecina que la
tiene en la ventana de su casa.
Por estos días en la escuela sólo
se habla del fantasma, los docentes aprovecharon las historias que los niños
narran del fantasma para convertirlas en cuentos.
ajajaj q cajita a. t.t carolayn hoyos
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