viernes, 31 de mayo de 2013

PERFIL OLGA LUCÍA AGUDELO V.




POR GLORIA CECILIA RÍOS MUÑOZ – DOCENTE IEGAMAR




El texto que les quiero compartir hoy, es la historia de una bella persona, Olga Lucía Agudelo Velásquez docente Iegamar, como reconocimiento a   grandiosa labor en pro de la difusión y ejecución de las TIC en esta institución y en los espacios educativos que conforman la ciudad. Actualmente se encuentra en comisión como gestora académica del  Vivero del Software- ALIANZA FUTURO DIGITAL MEDELLÍN, y es la encargada de Coordinar los procesos académicos de la Alianza futuro Digital y el AULA TALLER DE TIC, labor que desempeña con mucha responsabilidad, creatividad y compromiso.


Olga Lucía es la hija de aquella mujer humilde de San Jerónimo, sin educación, que crio sola asus hijos, maestros todos, que vendía arepas y mazamorra, lavaba y planchaba ropa ajena, una mujer de esas, hecha de madera fina. Ella junto con su  hermana mayor fueron sus primeras maestras, las maestras de toda la vida, las maestras que siguen y seguirán enseñando aun cuando ya no estén. Su  infancia, con tres madres en lugar de una y con la gran fortuna de estar siempre rodeada de buenas amistades y maestros; sin lujos pero rica en sueños e ilusiones, le permitió compartir con sus hermanos este proyecto de vida. La pasión por la escuela en todas sus formas, niveles y manifestaciones ha marcado su vida  personal  y laboral, y  hoy, le ha permitido  recorrer el mundo gracias a las TIC.

Y es que ese mundo se fue conformando, desde la escuela rural de tablas, sin agua ni energía eléctrica, hasta  la gran ciudad. Desde las improvisadas casas sin estrato ni dirección, de barrios como Caicedo y la Sierra hasta los cómodos y modernos espacios de EAFIT. Desde las conversaciones de corredor con sus pares  docentes  en donde germinan los proyectos, hasta  los congresos  nacionales e internacionales en donde se muestran sus resultados. Desde cada miembro de su familia que ha vivido y sufrido su  proceso hasta el contacto más lejano, virtual y desconocido. Desde la persona más humilde de su familia IEGAMAR hasta los más renombrados doctores que han acompañado su formación… de cada uno de esos lugares, de cada una de esas personas hay un pedacito  en su alma de MAESTRA.

Ella afirma que su formación como docente se las debe a su hermana, que con su ejemplo le enseñó lo que debe ser, saber y hacer un verdadero maestro y a la normal Genoveva Díaz de su pueblo San Jerónimo; de la cual destaca a un grupo de docentes muy jóvenes que viajaban de Medellín, alegres, con unas metodologías de esas que cautivan a tal punto que ella sentía que  debía ser como ellos. La profe de pedagogía era administradora  educativa y le contaba lo que se podía hacer con ese perfil de formación…” ¡Así voy a ser yo cuando sea maestra!”. Se decía todo el tiempo.  También recuerda a las religiosas que orientaban su formación, ¿cómo olvidar a la Hermana Aminta? pequeña en estatura pero grande como persona y como maestra, le faltaba porte pero le sobraban agallas para  administrar la institución. “¡Así iba a ser yo cuando fuera grande!...bueno, mejor dicho, ¡cuando fuera maestra!, porque tampoco crecí mucho”. Concluye sonriendo.

En las redes tecnológicas
Olga se inicia como maestra rural, en el municipio de Cañas Gordas,  donde  ejerce durante varios, luego es trasladada a Medellín, a un colegio diferente al nuestro,  ubicado en la zona noroccidental; de esa zona, pasa a la centro oriental de la ciudad  en  cuestión de un año. La recibe la institución  educativa Gabriel García Márquez, que en ese tiempo solo contaba con rimaría, y que ha sido su escuela en los últimos 14 años, y es que debe ser cierto lo que decía el cantor de América: “quien no echa raíces no puede dar frutos”.
Abonada con proyectos, apoyo institucional y cercada con profes de esos que tienen el “SI” flojo y que se dejan encarretar por las ideas pedagógicas, siente que su vida docente ha dado frutos.

Con los cinco computadores que se adquirieron en la institución  y con la complicidad de directivos y compañeros, organizó un grupo de monitores, “monitores en línea”  se autodenominaron, eran diez chicos de los más grandes del colegio, los del grado sexto, que contaban con no más de doce años. Ellos se convirtieron en los profes de los niños de primaria, de los docentes que se iniciaban en las TIC, de la comunidad que acudía los fines de semana, en fin, tal como decía el titular del periódico cuando se publicó por primera vez la experiencia, hablando del uso de los computadores “los exprimen como a vaca de pobres”… La mejor paga para estos monitores era el grito de los chiquitines en la calle ¡ese es mi profesor de computadores! Hoy son treinta los jóvenes que lideran el proyecto. Ahora los estudiantes del colegio “tienen las llaves” no solo de las aulas de informática, sino de la biblioteca, del inventario, y en general de todos los proyectos de la institución.

Para esa época, comenta la profesora, ya muchas escuelas tenían computadores, y nuevos problemas que enfrentar ¿Cómo sacar a los chicos del chat y concentrarlos en las actividades de clase? Fue cuando recordó  uno de los refranes, de esos que todo el día decía su mam

á ¡si no puedes con el enemigo únete a él! Entonces empezó  a chatear con sus estudiantes y a proponerles retos de información  que debían conseguir con quienes chateaban como: ¿Cuál es el principal titular de las noticias hoy en su país? En cual país? Este fue el paso del Gabriel García Márquez  a la globalización. En la cocineta del colegio, acompañados de algunas madres  se preparaba tortilla española, un grupo de estudiantes de Madrid hacía una bandeja paisa, mientras otros con cámara web en mano se reían de las arepas que intentaban hacer. Esto fue parte del proyecto Medellín Madrid un solo corazón, uno de los tantos que se han realizado.

Aunque el contexto social en que se encuentra la Gabriel García Márquez esté tradicionalmente marcado por la violencia,  y la movilidad por el sector esté restringida en ocasiones por fronteras invisibles o por el temor  de ser blanco de una bala perdida, este tipo de experiencias le facilita a los estudiantes conocer  de otras culturas, hacer amigos  en otras ciudades y países, dar a conocer al mundo a través de internet lo buena gente  que es esta comunidad;  y  a ella le permitió, a través de una beca, hacer una maestría en España y ahora un doctorado, compartir en congresos nacionales e internacionales, pero los más importante,  a través de la Escuela del Maestro, del Ministerio de Educación y de la Universidad  EAFIT, recorrer  instituciones de la ciudad y del país, en sitios tan remotos como escuelas Wayuu en Maicao o en la Sierra de la Macarena y seguir absorbiendo de sus compañeros docentes y de esas comunidades tan especiales, grandes ideas y conocimientos.


No solo de pan vive el hombre…no solo enseñar es la misión del maestro
Compartir el espacio reglamentario de las clases, los contenidos y competencias que el diseño curricular de la institución exige,  es solo una mínima parte de mi labor de maestra. Los proyectos colaborativos de sus chicos con Burkina Faso, Inglaterra, Canadá, EEUU, Chile, Argentina, la conexión con maestros de muchas instituciones educativas de su país y fuera de él,  para diseñar nuevos proyectos en los cuales participar con los estudiantes, proyectos institucionales como monitores en línea,  entregamos las llaves y la media técnica  en desarrollo de software, la formación y asesorías a docentes  para  la articulación de las TIC en sus prácticas pedagógicas,  de la mano de instituciones y universidades que le han abierto sus puertas, el trabajo entre pares con sus compañeros docentes en la
 institución educativa Gabriel García Márquez…sus cómplices, apoyo y motor de los logros  que hoy comparten   y el trabajo investigativo en torno a estos mismos  temas, colman sus espacios laborales  y personales…¡porque al que le gusta le sabe!
Así lo confirma  Alberto Cañas, su asesor de tesis en el doctorado que actualmente realiza: “Olga es una profesional creativa, motivada y responsable, que no se deja intimidar por dificultades para lograr sus metas y objetivos. En nuestra colaboración ha mostrado una gran capacidad de innovar, que me ha enseñado nuevas formas de trabajar con los mapas conceptuales que pueden tener un gran impacto”.

Lo que su mamá  les dijo toda la vida parecía el vaticinio de una pitonisa, o mejor…una bendición: “lo único que les puedo dejar en la vida es el estudio…estudie mija, estudie” y aquí está, después de 25 años de servicio en la docencia, estudiando y haciendo cuentas de todo lo que le falta por aprender y para lo cual va a necesitar otras cuántas vidas.

Asegura que es hija privilegiada de Dios, una de sus consentidas, ya que  toda la vida ha tenido la oportunidad de hacer lo que le gusta, de disfrutar de cada espacio, de cada proyecto, de aprender de los mejores maestros, los mejores amigos y amigas, las mejores escuelas, las mejores universidades, de sus estudiantes, de recibir el apoyo incondicional de su familia y sus pares para cada locura, para cada sueño y además… ¡Le pagan por ello!

Su hija mayor, al interrogarla acerca de su madre, nos manifiesta: “Es una  persona  humilde, cariñosa, amiga, confidente, llena de alegría pero a la vez estricta. Es dedicada, decidida, y lo más importante es, que todo lo hace con mucho amor y esfuerzo, para que su familia se una cada día más. Ofrece sus rezos a Dios para que no nos falte nada, si se tratara de dar la vida por un hijo ella la  haría, porque el amor que siente, no teme a nada”.

Esa es Olga Agudelo, luchadora, emprendedora y agradecida con los suyos. Esto nos dice para finalizar: “Algún día, espero tener la oportunidad de pagar a todas las personas que me han abierto las puertas de sus vidas, de sus mentes, de sus instituciones, de sus proyectos, de pagar deudas sociales a escuelas como la primera que me sufrió como docente y que hoy se  que tiene 13 estudiantes y sigue siendo la CER Nudillales. Mientras tanto y mucho más valioso: ¡Dios les pague! 

2 comentarios:

  1. samuel arias gomez juliana rodriguez
    megusto mucho la frase nosolo de pan nase el homdre

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  2. estuvo muy bueno el testo porque nos enseñaba compartir
    brallan medina soto
    Marlon Alexander bedoya mora

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