QUE REGRESE DON SILENCIO
Por: Valentina Salazar 6º3
En un colegio de Medellín existía un grupo llamado 6°3 siendo el proceso de clases un desastre total, donde todos gritaban, corrían, tiraban papeles, se paraban en los pupitres, hablaban y muchas cosas más.
En uno de esos días espectaculares, iluminado
por un hermoso sol, de repente el cielo se puso
totalmente gris y una nube blanca todo lo cubrió, de su espesura apareció un señor
vestido de los colores del arco iris. Todos los niños y niñas se quedaron con la boca
abierta. Bajó lentamente de su nube y esto les dijo: ¿hola cómo están? nadie
respondió , el susto los enmudeció y seguidamente se les presentó, y les dijo: yo me llamo Don Silencio y a partir de este momento quiero que
se vuelvan muy juiciosos, no van a hablar mientras no se les permita
hacerlo ni correr ni gritar dentro del
aula de clases. Sacó de su bolsillo una bolsita donde llevaba un polvito
mágico, echó un poco en su mano y dijo las siguientes palabras, después de
soplar suavemente: “pararín pararón, este grupo será el mejor”, y todo
resplandeció, una hermosa luz llegó a lo
más profundo de las mentes y corazones de los estudiantes de dicho grupo y poco
a poco fueron despertando de tan hermoso
sueño; Todo era plenitud, tranquilidad y armonía. Los niños y niñas se
fundieron en un abrazo fraterno que hizo muy feliz a Don Silencio, quien los
observaba.
Antes de despedirse les dejó el siguiente mensaje: “la niñez es
lo más valioso que tiene una sociedad, por lo tanto no desprecies la formación
que imparten tus padres y profes, ya que ellos siempre te han de señalar el camino
bonito que deben seguir”.
Vino la nube
en forma de carruaje y Don Silencio se subió lentamente y a medida que
se alejaba enviaba besitos con muchos mensajes de amor. Desde ese día los
profesores y los padres quedaron muy felices
con lo sucedido, ya que sus
pequeños estudiantes e hijos habían sido
iluminados por Dios y toda era armonía.
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