lunes, 23 de junio de 2014


UN ESPACIO DIGNO



Por: Julieth Katerine Posso Castro

En la institución educativa Gabriel García Márquez ha surgido una motivación para mejorar y aprovechar el espacio cercano al aula de preescolar situado  en la parte externa, junto a la entrada de la institución.
Y es que el lugar es  frecuentado casi permanentemente por ese grupo de diminutos alumnos que apenas comienza  su aprendizaje, y que intelectualmente, están en la edad de la imaginación y la fantasía; por tal razón,  conviene que estén rodeados de imágenes y paisajes, acordes con su edad, algo coloridos y llamativos, divertidos, armoniosos e impecables, que los atraigan, y al mismo contribuyan al desarrollo de su creatividad y de todo  su ser integral.
Sin embargo,   últimamente,  y seguramente por carecer de otro espacio, hemos visto  este pequeño  rincón, al que muchos denominan “el patio de preescolar”, convertido en una zona donde se depositan  implementos que se desechan,  como: sillas rotas o partes de ellas, pupitres y tableros viejos y elementos del restaurante que ya no están en uso. Tales elementos, reducen su espacio de juego, le restan presentación a la entrada principal del colegio, van contra el medio ambiente, y en cualquier momento pueden resultar peligrosos para los pequeños estudiantes.
La situación cuestiona a toda la comunidad, especialmente a los estudiantes mayores. Al respecto un estudiante del grado décimo opina que se le debería colocar zonas verdes y un mini parque para que estos niños tengan donde jugar y recrearse. La personera por su parte, piensa que se debe escribir a la administración del colegio para que tome cartas en el asunto.


Sí lectores. Sería  agradable verle otra cara a la  entrada de la institución.

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